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La rabia en mascotas: síntomas y cómo prevenirla

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La rabia en mascotas es una de las enfermedades más peligrosas y mortales. La gran mayoría de animales de sangre caliente son vulnerables a contraer esta enfermedad. Y, de hecho, la única forma de prevención es la vacunación.

La vacuna para evitar la rabia en mascotas se administra a los cachorros a partir del tercer mes de edad y después en periodos de entre uno y tres años, dependiendo de la legislación vigente.

Cualquier mordisco de un animal salvaje puede considerarse potencial portador de rabia. Aunque, al contrario de lo que se piensa, el contagio puede no ser inmediato.

Por ello, lo más importante es llevar al animal inmediatamente al veterinario para que le administre la vacuna con el fin de evitar la enfermedad antes de que aparezca.

Qué es la rabia y cómo se contagia

La rabia es una enfermedad vírica que afecta al sistema nervioso central y que puede ser transmitida a través de la saliva, por mordiscos o arañazos profundos de un animal infectado. De la misma manera, también puede contagiarse por lametones en heridas abiertas.

Aunque en el 99% de los casos el contagio lo producen los perros, también son transmisores habituales los zorros, los murciélagos y los hurones. Aunque en el mundo desarrollado los casos son menos habituales, no se debe bajar la guardia ante un posible contagio de rabia en mascotas.

Porque la rabia en mascotas como perros y gatos es una enfermedad muy grave que puede terminar con la muerte del animal. Por ello, ante cualquier mordisco o ataque de otro animal la vacunación inmediata es fundamental para evitar que se extienda.

El diagnóstico en ocasiones se retrasa porque los primeros síntomas muchas veces no se notan. Cuando finalmente se detecta que algo está ocurriendo el animal ya está en la última fase. Y ha supuesto un grave riesgo para la salud de las personas y otros animales.

La rabia se contagia a los humanos

Lo que también resulta peligroso de esta enfermedad es que puede ser transmitida a los seres humanos. Al igual que al resto de animales, también ocurre a través de las mordeduras.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que aún está por confirmar si el contagio también puede llevarse a cabo de humano a humano. De la misma manera, tampoco se ha confirmado si puede contagiarse por ingesta de carne cruda infectada.

Lo que sí está claro es que la mejor cura es la prevención. De hecho, gracias a la vacunación, la rabia en mascotas no es una enfermedad tan habitual en los países desarrollados.

Síntomas de la rabia en perros y gatos

La rabia en mascotas como perros y gatos tiene una gran variedad de manifestaciones clínicas. Normalmente el periodo de incubación son 8 semanas. Aunque se considera que este se puede alargar hasta en un año, dependiendo del lugar de la mordedura y la carga viral.

Es decir, cuanto más lejos del cerebro esté el mordisco, más tiempo tardará el virus en llegar al cerebro. Una vez allí, el virus también penetra en las glándulas salivares hasta 10 días antes de presentarse los síntomas que pueden ser:

  • En la fase pondrómica puede haber cambios en el comportamiento de tu mascota. Por ejemplo, puede que esté constantemente mordiéndose el lugar por donde penetró el virus a su organismo.
  • Otra posibilidad es que lo notes abstraído o que pasa tiempo mirando al vacío, como si se quedara en blanco. También pueden mostrarse asustadizos o inquietos o con hipersensibilidad a la luz.
  • Durante la fase agresiva o de encefalitis aguda, puedes notar que el animal ataca a todos, animales y personas. Al tener espasmos en los músculos faciales, parecen tener siempre los dientes al descubierto.
  • Es la fase más contagiosa y también puede empezar a manifestarse el exceso de salivación, apareciendo los primeros problemas para deglutir.
  • Por último, en la fase de encefalitis rábica, los músculos de la garganta y la mandíbula pueden sufrir una parálisis y empiezan a echar espuma por la boca. Finalmente, el animal entrará en estado de coma y fallecerá por una parada cardiorrespiratoria. En ocasiones es la única fase que se aprecia claramente.

¿Cómo se diagnostica la rabia?

Desafortunadamente, un diagnóstico eficaz de rabia solo puede hacerse en animales ya fallecidos. Determinar si un perro o gato vivo tiene rabia no se puede hacer al 100%. El diagnóstico se basará en los síntomas y en el historial clínico del animal.

En caso de sospechar de infección, la rabia es una enfermedad de notificación obligatoria. Será necesario avisar a los Servicios Veterinarios Oficiales, que serán los encargados de determinar la manera de proceder.

El tratamiento de la rabia en perros está prohibido ya que hay un riesgo muy elevado de contagio. Para los humanos el pronóstico de la rabia es malo y, por lo tanto, hay que notificar a los encargados de control de plagas.

 

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