Los riñones son órganos importantes en el cuerpo porque son responsables de filtrar la sangre.
La sangre llega al riñón a través de la arteria renal, pasa por un sistema de filtrado y queda libre de ciertas sustancias. Los desechos (como la urea, creatinina, residuos de medicamentos, etc.) y los productos en exceso se eliminan a través de la orina. Los riñones también son responsables de la secreción de renina (una sustancia involucrada en la regulación de la presión arterial) y eritropoyetina (una hormona que estimula la formación de glóbulos rojos), así como de la transformación de la vitamina D en su forma activa.
Por lo tanto, el daño renal afectará no solo la eliminación de desechos de la sangre, sino también la regulación de la presión arterial, la oxigenación de la sangre (debido a la falta de glóbulos rojos funcionales) y la absorción de calcio (debido a la falta de la forma activa de la vitamina D).
Existe una distinción entre la insuficiencia renal aguda y la crónica. La insuficiencia renal aguda está vinculada a una disfunción a corto plazo de los riñones, esto ocurre, por ejemplo, como resultado de una intoxicación. La insuficiencia renal crónica está vinculada a la pérdida gradual de la función de filtrado del riñón. Este daño es irreversible y los síntomas aparecen cuando dos tercios del órgano han sido destruidos. La insuficiencia renal crónica afecta al 1-6% de los perros y el sesenta y cinco por ciento de los perros afectados tienen más de siete años.
Los síntomas de la insuficiencia renal aguda son inespecíficos, lo que significa que son similares a los síntomas de otras enfermedades. Estos incluyen anorexia (pérdida de apetito); vómitos; aumento de la ingesta de líquidos, salida de orina y frecuencia de micción; deshidratación; y diarrea. También pueden observarse dificultades urinarias.
Los síntomas de la insuficiencia renal crónica también son inespecíficos. Incluyen pérdida de apetito, pérdida de peso, aumento de la sed y la salida de orina, debilidad, letargo, vómitos y diarrea, y mal aliento.
Si se diagnostica enfermedad renal, tu veterinario es quien puede determinar si es una insuficiencia aguda o crónica. Dado que los síntomas son inespecíficos, es probable que el veterinario realice pruebas adicionales, como análisis de sangre o una ecografía para facilitar el diagnóstico.
El tratamiento de la insuficiencia renal implica la inserción de un goteo que corregirá la deshidratación, satisfará las necesidades del cuerpo en términos de nutrientes y corregirá los trastornos minerales asociados con la pérdida de la función renal. También se pueden añadir un antiemético y antiácidos.
Los medicamentos deben usarse con moderación en la insuficiencia renal, ya que muchas sustancias son eliminadas por los riñones. Por lo tanto, la disfunción renal podría llevar a la retención de los medicamentos, lo que puede ser tóxico. El animal recibirá una dieta adecuada a la situación, pudiendo llegar a ser administrada mediante un tubo si se niega a comer.
En perros con insuficiencia renal crónica, es importante introducir una dieta adecuada a largo plazo que sea baja en proteínas, fósforo y sal. Tu veterinario podrá asesorarte al respecto.
Si tienes dudas sobre la salud de tu perro, no esperes: contacta a tu veterinario lo antes posible. Tu veterinario es tu aliado más confiable cuando se trata de la salud de tu animal, y ningún sitio de información puede reemplazar su consejo.
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