Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
En ocasiones es necesario quejarse por una mala gestión veterinaria. No es un momento de buen gusto para ninguno de los implicados pero un error, una imprudencia o la inexperiencia pueden llevar a que el veterinario cometa un error fatal.
¿Qué es una mala gestión veterinaria?
Los veterinarios son responsables de tu mascota igual que los médicos ayudan a los seres humanos. Y en la misma medida los dueños tienen la obligación de procurar la mejor atención a las mascotas de casa.
Por ello, la elección de un veterinario u otro es relevante. Los propietarios deben tener en cuenta la experiencia que pueda tener el profesional así como los cuidados que ofrece. En ocasiones el mejor precio no asegura una buena gestión, ni viceversa.
Por eso, a veces es fácil evitar las malas gestiones. Puede tratarse de un veterinario inexperto, que no hable con seguridad y que mucho menos demuestre destreza con el animal. En ese caso, los propietarios deberían buscar a otro profesional.
Otras ocasiones es más difícil determinar si ha habido una mala gestión veterinaria. El problema reside en si la falta de experiencia o conocimiento pone en peligro a más de un animal.
Según el Tribunal de Ética, el mal procedimiento veterinario incluye muchos aspectos y no pueden ser definidos con una única frase. En ese sentido quedan descartados los procedimientos en los que el animal muere durante el mismo. Porque es frecuente que muchos propietarios deciden quejarse tras el fallecimiento del animal en el proceso.
Prácticas de mala gestión veterinaria
Existen algunas prácticas que muestran una mala gestión veterinaria. Y, por lo tanto, son causas por las que alguien podría quejarse por una mala gestión veterinaria.
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Ofrecer servicio médico o clínico sin estar capacitado para ello.
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No realizar exámenes médicos completos.
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Obviar y no explicar correctamente a los dueños de la mascota sobre la salud del animal, sobre las prácticas a realizar o sobre la expectativa de recuperación.
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Descartar pedir opinión a otro veterinario en el caso de que el tratamiento no dé el resultado esperado.
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Realizar prácticas innecesarias para lucrarse a costa del paciente.
Cómo quejarse por una mala gestión veterinaria
En el caso de que el veterinario haya realizado alguna de las prácticas anteriores el dueño de la mascota tendría el derecho de presentar alguna queja formal. Incluso quejarse por una mala gestión veterinaria.
Antes de nada, es importante que se presenten pruebas que acrediten la acusación para quejarse por una mala gestión veterinaria. Cualquier queja por una mala gestión veterinaria sin fundamentar no hará más que enturbiar el asunto y dificultar otras quejas verdaderas.
Por ello, el dueño debe tener una copia del historial de la mascota. De ese modo acredita la mala gestión veterinaria y puede fundamentar la demanda. Otra documentación de interés podrían ser las facturas y el coste del tratamiento. En el caso de tener testigos o fotografías, también se recomienda aportarlas.
El abogado Manuel Muñoz recomienda aportar la siguiente documentación. : "Un informe de dos veterinarios, o por la Facultad de Veterinaria, quien a la vista de los antecedentes y previo examen (autopsia del animal), certifiquen las causas de la muerte, o secuelas como consecuencia de una incorrecta actuación del veterinario".
Colegio Oficial de Veterinarios
Existen diversos Colegios Oficiales de Veterinarios, prácticamente uno por cada provincia, pero también a nivel nacional. Estas instituciones velan por el bienestar de los animales que se atienden en las clínicas. En el caso de querer presentar una quejarse por una mala gestión veterinaria se debe acudir al Colegio Oficial de Veterinarios.
Así determinan que “si se demuestra que la actuación del veterinario no ha sido correcta, el perjudicado tiene derecho a una compensación económica”.
Los propietarios siempre tendrán la opción de consultar a alguna organización de consumidores un veredicto propio. De ese modo, si no se quedan conformes con el primer informe tienen otro para contrarrestar.
Asociaciones de animales
Por su parte, algunas asociaciones de protección de animales cuentan con sus propios medios jurídicos y asesoran a aquellos que así lo deseen. Normalmente de manera gratuita aunque en el caso de querer denunciar una mala gestión veterinaria habría que empezar a añadir los costes jurídicos.
El fin de una queja por una mala gestión veterinaria
Lo recomendable es que antes de nada los propietarios muestren su disconformidad ante los veterinarios. En el caso de que éstos no den una explicación o no se llegue a un acuerdo, habría que tomar otras medidas.
Lo relevante es que antes de quejarse por una mala gestión veterinaria es necesario estar bien seguro de que precisamente se produjo una mala gestión veterinaria. En caso contrario, no conviene molestar a ambas parte y abrir diligencias judiciales.
Consejos y trucos
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.
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