El juego es fundamental en el crecimiento de un animal. Implica estados emocionales placenteros y además sirve para el desarrollo de habilidades motoras útiles para la supervivencia. También tiene un papel muy importante de cohesión social.
Muchos animales abandonan el juego en la edad adulta, pero algunas especies animales como el perro o el gato lo siguen haciendo.
Los distintos tipos de juego en perros son:
Tanto para perros como para gatos, el juego con objetos está relacionado con la conducta de caza.
Los perros, según la raza, juegan de una forma u otra con los objetos. Por ejemplo, los retrievers juegan más con objetos que las razas de pastoreo. Esto es consecuencia de la selección genética que se ha hecho para potenciar o inhibir partes del instinto de caza.
Promover el juego solitario con objetos puede ayudar a tu perro a generar conductas independientes y reducir las demandas de atención. Normalmente, los perros prefieren juguetes que se puedan romper, que hagan ruido o que se muevan. Una genial opción son los mordedores de diferentes materiales, las pelotas o los muñecos con sonido.
Si a tu perro le cuesta jugar solo, puedes introducir juguetes interactivos en los que esconder comida en su interior. De esa forma, el perro tendrá que averiguar cómo sacarla a través de la exploración con la boca y las patas.
Es importante hacer una rotación semanal de juguetes para mantener el interés y que no se aburran.
El juego entre perros puede parecer una “pelea”. Incluye vocalizaciones, revolcones, persecuciones y contacto físico. Este tipo de juego sirve más para relacionarse socialmente que para medir fuerzas.
Cuando los perros agachan la parte delantera del cuerpo y mantienen elevada la trasera, están invitando al juego. De esta forma, evitan que se generen malentendidos con sus compañeros de juego.
Hay varias dinámicas en el juego entre dos perros que están bien definidas. Por ejemplo, se sabe que los juegos entre perros que ya han jugado previamente duran más que los juegos con perros desconocidos.
Los perros también aprenden observando el juego de otros. Por eso es bueno dejar que los perros más tímidos o los cachorros observen el juego hasta que se sientan preparados para participar.
El juego entre perros y humanos genera sensaciones placenteras en ambos, refuerza el vínculo y reduce la hormona del estrés.
Aún así, si se aplican correcciones durante el juego, los niveles de estrés aumentan en lugar de disminuir. De hecho, los perros entrenados con riñas interactúan menos durante el juego con los humanos.
Por eso es importante la comunicación durante el juego.
La forma en que las personas incitan al juego a los perros puede ser muy variada. En cambio, los perros suelen usar la postura de invitación al juego. Aun así, también son capaces de aprender otras formas de reclamar el juego, repitiendo comportamientos que capten nuestra atención.
Es importante recompensar los comportamientos deseados para solicitar el juego, como por ejemplo traer un juguete.
Es clave establecer una rutina diaria de juego señalando el inicio y el final de la actividad, ya que dará un mayor control sobre el momento de juego tanto para el perro como para la familia.
También hay varios tipos de juego social entre perros y personas, como lanzar y traer juguetes, juegos de “tira y afloja”, el escondite…
Durante muchos años se ha pensado que el tira y afloja podía generar en el perro un conflicto para compartir, pero no es así. De hecho, los perros a los que se les deja ganar muchas veces en ese juego se muestran más juguetones que aquellos que siempre pierden.
Es importante destacar que el juego social con otros perros no disminuye la necesidad de juego social con las personas. Los perros están predispuestos a jugar durante toda su vida, ¡así que aprovecha y juega cada día con tu mejor amigo!
En definitiva, el juego es salud y felicidad para los animales de compañía. Las articulaciones y la flexibilidad juegan un papel muy importante a la hora de jugar, ya sea con objetos, con otros perritos o con humanos.
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Consulta a tu veterinario para saber más.
Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.
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