Cuando una mascota es feliz todo el hogar se contagia. Sólo basta fijarse en algunos ejemplos de los vídeos virales más compartidos en redes sociales para descubrir que la sonrisa de un animal es contagiosa.
Un gato saltando, un perro ladrando de alegría o un loro que imita todos los sonidos de su alrededor con una facilidad pasmosa son protagonistas de algunas de estas situaciones.
De hecho, hay estudios, como uno realizado por la Universidad Miami de Ohio que llega a la conclusión de que los propietarios de mascotas son más extrovertidos y poseen una autoestima mayor.
Por eso, debes poner todo el esfuerzo en lograr mascotas felices. Para lo que te conviene tener en cuenta este decálogo:
Parece de perogrullo pero, de la misma manera que un animal feliz esparce su alegría allá por donde pasa, si el dueño está feliz su mascota se contagiará.
Por tanto, si quieres que tu perro o gato sean felices empieza por tomarte la vida con más tranquilidad. Y disfruta de cada momento que pasas con ellos.
Las mascotas felices suelen recibir reconocimientos constantes de sus dueños. Para ello, son fundamentales las caricias, que muestran a tu animal de compañía que le aprecias.
Una caricia a tiempo es el detonante de un momento de felicidad que tu mascota agradecerá. No te olvides de acariciarle cuando se lo merezca.
De la misma manera que a los seres humanos nos gusta hacer deporte, porque libera endorfinas que, como consecuencia, te hacen feliz, a las mascotas les encanta correr, saltar y pasar buenos ratos al aire libre.
Por ejemplo, uno de los momentos en los que los perros están más relajados, y felices, es tras una buena caminata. O una buena sesión de ejercicio que les libere de todas las tensiones.
Es imposible ser felices si algo te impide disfrutar de todo tu cuerpo. Una mascota con problemas físicos o con una dentadura poco cuidada seguro que tendrá problemas crónicos.
Por eso, para tener mascotas felices, es necesario que hagas revisiones médicas periódicas. Sólo así te asegurarás de que está en las condiciones adecuadas para ser feliz.
Está claro que los animales no entienden lo que les decimos. Su idioma es completamente diferente. Sin embargo, todo el mundo sabe que, por una razón que no se puede explicar, muchas mascotas parecen saber qué les estás diciendo.
Esto ocurre principalmente por la entonación. Por eso, hablar de manera agradable con animales es un paso más para convertirlos en mascotas felices.
Una mascota cuidada seguro que se sentirá más feliz. Encárgate de cuidar su apariencia, limpiándolos y peinándolos, si se da el caso. El animal se encontrará mucho más a gusto.
Si una mascota está aburrida seguro que hará más trastadas de lo habitual. Ocupar parte de su tiempo con juegos que fomenten su curiosidad es básico para convivir con mascotas felices.
¿Cómo te sientes cuando, por la razón que sea, ganas unos kilos de más? Lo mismo le ocurre a tu mascota. Por lo que, si quieres que abrace la felicidad, debes controlar su alimentación y evitar que tenga más peso del adecuado.
La hidratación de los animales es uno de los factores con mayor influencia en cómo se sienten. Si les falta agua o están en un lugar con poca ventilación es muy probable que no sean lo felices que desearían.
Rodea a tus mascotas de agua limpia, fresca y en abundancia si quieres prevenir enfermedades y hacer que sean felices.
Tal y como ocurre con algunas personas, cierto tipo de animales son algo más huraños. Por eso, hace falta enseñarles que se puede ser feliz. Para lo que tendrás que utilizar juegos y premiar los momentos en los que expresan su alegría. Te lo agradecerán.
Como ves, tener mascotas felices no sólo impregnará tu hogar de alegría. Te ayudará a superar emociones y sensaciones no tan positivas.
Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.
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