Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
El lenguaje de los perros no es interpretado de la misma forma que el de los humanos. Por eso, los besos y abrazos que das a tu mascota puede que no sean entendidas como lo esperas.
Tu perro te conoce y sabe lo que le estás pidiendo. Y es normal expresar amor hacia tu perro de una forma humana. Él entiende lo que quieres, pero ¿sabes lo que realmente significa ese afecto? El lenguaje de los perros no incluye los besos o abrazos como tales. Por eso, al principio no lo entienden, pero puedes enseñarles a que lo hagan.
Los perros no tienen una comprensión innata de los besos y abrazos
Los humanos y los perros tienen diferentes medios de comunicación. El uso humano del lenguaje corporal generalmente se limita a gestos amplios y fáciles de entender.
Entre el lenguaje de los perros no se incluyen los besos o abrazos en el sentido en que los humanos los conocen. Comparten gestos de afecto, como tocarse o frotarse uno contra el otro o lamerse, pero no existen los besos o abrazos como los humanos los entendemos.
Sin embargo, la mayoría de los perros son buenos para descifrar los gestos de comunicación que los humanos utilizamos con ellos. Es un rasgo que han ido desarrollado durante todos los años de domesticación.
Cómo identificar el lenguaje de los perros
Lamer y rozar la nariz son parte del repertorio de gestos afectuosos de los perros. Una de las primeras experiencias en la vida de un cachorro es cuando su madre lo lame justo inmediatamente después de su nacimiento.
Los perros lamen para expresar afecto, para mostrar sumisión y para recopilar información. Cuando un perro se lame a sí mismo o a otro perro, libera endorfinas, hormonas que alivian el estrés. Por eso, para ellos, lamer es una experiencia agradable y positiva.
Enseñando a un perro
Los perros aprenden nuestro lenguaje corporal con bastante rapidez, especialmente si somos claros y consistentes cuando nos comunicarnos con ellos.
La mayoría de las mascotas están interesadas en tu atención lo suficiente como para que cualquier estímulo les haga acercarse a ti. Por eso enseguida acercarán su mejilla, su mano o sus labios para ser acariciados. Caricias que son afectivas para ellos.
Puedes enseñar a tu perro a besar o abrazar igual que le enseñas a levantar una pata. Se trata de repetir el gesto una y otra vez dándole una recompensa por hacerlo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos los perros disfrutan de tener su cara cerca del rostro humano. Si tu perro se siente amenazado cada vez que acercas tu cara, no le obligues a aprender a besarte.
Un perro al que no le gusta te dará señales de advertencia, como girar la cabeza, levantar el labio, gemir o gruñir suavemente. No le obligues a hacerlo. Esto puede empeorar vuestra relación. Nunca debes obligar a tu mascota a nada.
Los niños, en particular, deben ser conscientes de los riesgos que tiene poner su cara cerca de la de su perros. Si no, pueden ocurrir problemas. A los niños les encanta besar y abrazar y pueden intentarlo con cualquier perro. Evita este tipo de acciones si sabes que a tu mascota no le gustan.
Su gesto de aprecio será acurrucarse junto a ti, nunca abrazarte
A los perros no les gustan los grandes abrazos. Siente que se le está acorralando y que no puede escapar. Sin embargo, estar físicamente cerca de tu perro y hacer que se acurruquen contra tu cuerpo es, para ellos, abrazar.
Por eso, hay que tener en cuenta que los gestos que hacen los seres humanos son diferentes a los gestos de los perros. Hazle entender qué significan esos gestos pero no esperes que ellos los repitan. Te devolverán el afecto de otra manera.
Consejos y trucos
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.