El ronroneo y las caricias amorosas de tu minino son una prueba más que suficiente para afirmar que nuestra mascota experimenta sentimientos, pero ¿Entiendes a tu gato? Hay una gran dificultad para interpretar las emociones de los gatos.
Investigaciones recientes han demostrado que todos los mamíferos, (incluidos los gatos), tienen siete sistemas emocionales fundamentales, básicos. Que brindan la capacidad de reaccionar sobre la información que ingresa al cerebro a través de los sentidos.
Estos siete, incluyen un sistema de respuestas para buscar comida, expresar miedo, responder a eventos desconocidos o peligrosos, un sistema de juego y un sistema de atención y formar vínculos sociales vitales.
Las más recientes áreas evolucionadas y estudiadas del cerebro humano, pueden procesar esta capacidad en emociones más elaboradas. Como las propuestas por la universidad de Glasgow: amor, ira, miedo, asco.
Y aunque, nosotros los humanos no asociamos esos 'sentimientos superiores' con los gatos, esto no disminuye en modo alguno el hecho de que los felinos sienten emociones más básicas como la felicidad, la tristeza, la ira y el miedo de la misma manera que nosotros.
Como propietario de un gato, habrás llegado a reconocer los diversos estados de ánimo de tu compañero peludo por su lenguaje corporal, expresiones faciales, ruidos y la forma en que se mueve.
De forma instintiva sabemos si nuestros gatos están emocionados, felices, tristes, frustrados o ansiosos.
Sin embargo, las emociones han sido un tema de debate candente entre los expertos en comportamiento animal, porque es muy difícil cuantificar o medir.
Así como en los humanos, las conmociones de los gatos son, esos impulsos sensoriales que generan cambios a nivel endocrino que al mismo tiempo les permiten actuar en respuesta a un acontecimiento.
¿Has notado cómo tu gato se esconde en cuanto escucha un ruido que le molesta?, el sonido de la aspiradora, por ejemplo. Esto ocurre cuando nuestros felinos experimentan la sensación negativa del miedo hace que corran y se escondan, así como la emoción positiva de la felicidad puede generar que los gatos salten sobre tu regazo por un abrazo.
Las emociones se dividen en sentimientos positivos o negativos y estos tienen escalas ascendentes o decrecientes. Por ejemplo, el placer puede aumentar a sentimientos de euforia y éxtasis, mientras que la frustración puede aumentar a ira y rabia.
El Dr. John Bradshaw, un antro-zoólogo y creador de The Secret Life of the Cat de BBC Two, señala que “la cara de póker de nuestros felinos, es una respuesta normal, pues mientras los humanos evolucionamos para tener la capacidad de expresar emociones a través de gestos faciales, nuestros gatos tienen que hacer uso de su cuerpo.
Entender que tu gato aleja amenazas con su cola, es posible solo con observación constante, Explica Bradshaw: "los gatos viven en el presente, sin reflexionar sobre el pasado ni planificar el futuro". Lo que significa que es más probable que su gato se deje llevar por sus sentimientos instintivos que la mayoría de los humanos.
Por eso te recomendamos, que te ubiques en las patas de tu gato y observes sus reacciones para entenderlo. Como humano, retrocede y permite que tu gato decida el contacto, la duración, intensidad y calidad de su interacción.
Reconocer que los gatos tienen emociones, ha permitido a los especialistas en comportamiento animal comprender mejor los problemas como la agresión, la limpieza compulsiva y el nerviosismo.
Es importante que consideres tus respuestas emocionales en torno a tu gato. Los propietarios pueden sentir amor, felicidad y, a veces, incluso frustración hacia sus amigos peludos. En ese caso es fundamental buscar ayuda de un especialista en comportamiento animal si las emociones negativas de su mascota superan a las positivas.
El Dr. Jo Righetti, especialista en comportamiento animal, dice a Purina que "los propietarios a menudo expresan que es fácil ver cuando su gato está enojado, pero nunca se sienten seguros de si sus mascotas son felices, por lo que se preguntan cómo hacerlos sentir estables".
En ese caso, Righetti señala "que la forma de provocar un estado emotivo felino feliz es, en primer lugar, abordar las necesidades básicas felinas: comida, comodidad, y posibilidad de cazar (a través del juego), además de la compañía. En segundo lugar, necesitan descubrir qué motiva a su gato en particular".
Por ejemplo, si a tu amigo felino le encanta la comida, los especialistas sugieren alentarlos a trabajar por los alimentos. Un forma podría ser entrenándolos para que vengan cuando los llamen.
Recompensar un comportamiento lo reforzará y también los sentimientos que lo acompañan. Nutrir emocionalmente a tu gato ofreciéndole más de aquello que disfruta, asegurará que tengas un gato libre de estrés.
Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.
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