Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
¿Alguien puede saber si los animales piensan? Lo que parece evidente es que pueden entendernos. Cuando se portan mal, agachan la cabeza o se esconden es porque saben que algo no ha estado bien.
Además, los animales tienen cerebro, con estructuras neuronales que lo posibilitan. Por consecuente, son capaces de calibrar las situaciones, de hacerse representaciones mentales e, incluso, de memorizar algunos conceptos. La psicóloga Joëlle Proust, especializada en conocimiento animal, mantiene la tesis de que los animales también piensan y sus representaciones mentales son objetivas.
Los animales se basan en comportamientos
Proust explica que los animales son seres sociales no humanos. A diferentes del ser humano, no obtienen la información de un registro psicológico, como las creencias o deseos. Los animales se basan en los compartimientos sociales.
La tesis defiende que los animales son capaces de obtener información de las relaciones que se producen en su entorno y de memorizarlas. Así, llegan incluso a separarlas de los objetos y acontecimientos que también les rodean.
Esto no debería sorprender ya que los animales reconocen rápidamente qué papel tiene cada integrante de la familia y se adecúan a ese papel.
Además, son capaces de identificar ciertas situaciones relevantes del día a día. Como, por ejemplo, las vacaciones o un trayecto largo.
Tu mascota recuerda las vacaciones de años anteriores, el viaje o los trastornos que causó. Así, el segundo año, cuando la misma situación se repite, actúa en consecuencia. En otras palabras, lo recuerdan y están preparados.
Un reciente estudio ha demostrado que los babuinos son capaces de hacer analogías. Otro ejemplo significativo es el de los peces, animales que piensan. Estos animales sociales emplean el comportamiento de los demás para mejorar sus propias decisiones. Y es que su supervivencia depende, en gran medida, de dichas observaciones.
Por ejemplo, escogen un lugar para comer según el número de peces que se desplacen hacia allí. En cierta manera, es una forma de calcular las probabilidades. Si muchos animales se desplazan a un mismo sitio para comer, es porque hay comida. O, dicho de otra manera, pueden elegir el desplazamiento que más les conviene según la afluencia de otros peces.
Los animales son capaces de memorizar e imaginar
Los animales tienen la capacidad de memorizar, de elaborar sus propias herramientas y de practicar la cooperación y la empatía. De ahí que algunos investigadores pongan en seria duda la teórica diferencia intelectual entre los animales y los humanos.
En lo referente a la memoria, y como le ocurre al ser humano, algunos animales son más dotados que otros. Así, un estudio de la Universidad de Chicago, determina que la memoria a largo plazo de los delfines supera con mucho a la de los elefantes. En contra de la creencia popular.
El mismo estudio determinó que los delfines son capaces de recordar y reconocer el silbido de otro delfín tras 20 años sin escucharlo.
Por otro lado, muchos animales domésticos, como los perros, sueñan. Soñar, o la capacidad para imaginar, no les es ajena. Lo que demuestra su gran capacidad para recrear mentalmente situaciones y objetos.
Los animales piensan y sienten
El profesor en Ecología Marina y Filosofía, Carl Safina también defiende la teoría de que los animales piensan y sienten. Safina explica que los animales sienten igual que nosotros pero piensan diferente.
Así, los animales sienten la incertidumbre, el miedo, el dolor, la ira pero también el amor, la compasión y la ternura. Igual que los hombres.
En lo referente al pensamiento, los animales piensan porque tienen sus propias maneras de actuar. Dependiendo de las razas, los animales se organizan socialmente de una forma u otra. Esa organización no depende al 100% de la naturaleza de los animales, sino de su forma de pensar y actuar.
Carl Safina quiere ir un paso más allá e investiga en qué piensan los animales o qué sienten los animales. Así, en una charla TED, el investigador trata de acercar estos conceptos tan complejos a los ciudadanos.
https://www.ted.com/talks/carl_safina_what_are_animals_thinking_and_feeling?language=es
Consejos y trucos
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.
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