¿Recuerdas la primera vez que un gato te lamió la mano? Probablemente te sorprendió la sensación que causó en tu piel, como si fuera papel de lija en vez de una lengua.
Los gatos tienen la lengua áspera y se caracteriza por ser muy larga y flexible, capaz de alcanzar prácticamente cualquier parte de su cuerpo. Por lo tanto, si te preguntas si es normal que tu gato tenga una lengua áspera, la respuesta es afirmativa.
Antes de entrar en la explicación que justifica la lengua áspera de un gato, es importante hablar de su anatomía en general. La lengua es un órgano muscular que forma parte del sistema digestivo, se localiza principalmente dentro de la cavidad oral y su porción caudal se extiende hasta el comienzo de la faringe.
De esta manera, al igual que con los humanos y otros animales, la lengua juega un papel fundamental durante el proceso de masticación. Además, tiene sensores que permiten la sensibilidad.
La lengua está compuesta por tres partes diferenciadas
Vértice de la lengua: correspondiente a la punta. En la parte ventral del vértice hay un pliegue que fija la lengua a la cavidad bucal llamada frenillo lingual.
Cuerpo de la lengua: perteneciente a la parte central de la lengua, más cerca de los molares.
Raíz de la lengua: referida al área más cercana a la faringe.
Aunque todas las especies animales tienen estas partes, cada una de ellas tiene marcadas diferencias en la forma. Además, las papilas linguales son otro de los componentes más relevantes de la lengua, un componente que también puede modificarse en cada especie en relación con los tipos y la cantidad de papilas.
Sin embargo, son las papilas gustativas las que dan a los gatos ese gusto tan exquisito. Probablemente ya te hayas dado cuenta de esto si vives con uno, ya que no son animales que aceptarán todos los platos de comida.
Esto se debe a que los gatos sienten muy intensamente el sabor de cada ingrediente. Para ellos todo es importante, desde el olor de los alimentos hasta la textura. Y, por supuesto, el sabor. Los felinos, a diferencia de la mayoría de los perros, solo se alimentan de lo que realmente les gusta.
Los gatos tienen la lengua áspera porque tienen una capa de tejido espinoso. Esto es lo que da esa sensación de lija. Dicho tejido no es otra cosa que las llamadas papilas cónicas. Están formadas por la queratina, que es la misma sustancia que hay en las uñas y el cabello.
Estas espinas tienen una función clara: actúan como un peine. Son parte de su lengua para fomentar el cuidado del cabello y quitar la capa de la piel muerta. Además de para limpiar y cepillar su cabello. Esta función presenta una clara desventaja, y es que fomenta que se hagan bolas de pelo.
En este sentido es necesario prestar atención al comportamiento del gato, cepillarlo con asiduidad y acudir al veterinario antes de que aparezca alguna anomalía.
Además de las funciones mencionadas, los gatos tienen la lengua áspera por otras razones:
Beber agua: A diferencia de los humanos y otros animales, los gatos no usan sus labios para beber agua, usan su lengua como una especie de cuchara para coger la cantidad deseada y llevarla a la cavidad bucal.
Percibir el sabor de la comida: Las papilas gustativas de un gato les permiten distinguir muchos matices más que los que distingue el ser humano.
Para controlar la temperatura corporal: Cuando un gato siente calor excesivo, puede usar su saliva para refrescar su cuerpo y equilibrar la temperatura corporal. Para hacerlo, utiliza su áspera lengua.
Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.
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