"Mi perro me chupa y me muerde las manos". Muchos propietarios de mascotas han dicho, en algún momento, esta frase. Incluso puede que repitan como un mantra.
Pero ¿por qué lo hace? Existen varias razones por las que tu perro te chupa las manos.
Aunque el olfato es el sentido predominante, el gusto permite descubrir texturas o comida. Los perros lamen para descubrir qué son las cosas, y en el caso de nuestras manos, que están más cerca, para conocernos.
Por otro lado, es cierto que muchas veces nuestras manos tienen rastro de otras cosas como, por ejemplo, comida. El perro percibe un olor rico y, simplemente, decide probarlo.
Muchas veces, al lamer, agachar la cabeza o andar por detrás, los animales se están mostrando sumisos. Tu perro quiere indicar que te respeta y que formas parte de su manada.
Del mismo modo, los lametones son señal de afecto. Las madres lamen a las crías para protegerlas y limpiarlas, y tus mascotas te quieren a ti. Al final, es su manera de mostrar afecto y la señal social más importante.
El hecho de lamerte, o de lamer objetos y muebles es una muestra de nerviosismo o ansiedad. Algunos perros necesitan salir más a la calle y pasar mucho tiempo en casa les causa ansiedad. Otros son muy nerviosos.
Puede que tu perro te lama por ansiedad. En ese caso, es mejor consultar al veterinario algún tipo de remedio. Pero, siempre, puedes tratar de cansarlo con juegos y paseos para ver si necesita cansarse.
Sin embargo, el principal problema son los pequeños mordiscos que, si llegan a descontrolarse, pueden causar daños mayores.
Una vez resuelta la primera parte de: "Mi perro me chupa y me muerde las manos", toca estudiar los mordiscos. Como con los lamidos, muchos perros muerden las manos porque es una manera de explorar el mundo y de interactuar con él.
Además, suelen ser los cachorros los que muestran esta manía. Para ellos es una manera de liberar estrés y de aliviar las molestias de encías que sufren durante los primeros meses.
Por otro lado, el movimiento de tus manos despierta algo primitivo en ellos. El movimiento activa esa parte depredadora que tienen y no pueden dejar de hacerlo.
Cuando te muerda, por pequeño que sea el mordisco prueba a decir alto “Ay”. Parece muy tonto, pero efectivo. El animal tiene que entender que existen límites y que sus acciones están mal.
Los perros son capaces de entender tu estado de ánimo y más el tono de tus palabras. No hace falta que le castigues, le grites o le pegues. Tu perro entiende tu grito de dolor y dejará de hacerlo si de verdad muestras molestia.
En el caso de que no quiera parar, prueba a separarte de él, muestra enfado y deja de jugar. Tu indiferencia le molestará y resultará un castigo muy eficaz.
Sea cachorro o no, los perros quieren jugar. Prueba con diferentes juguetes, los ‘Kong’ son muy buenos, y lánzaselo. El perro tiene que entender que aunque juegues con tus manos, éstas no son el juguete. El foco de los mordiscos se trasladará al juguete.
Con el tiempo no repetirás eso de: "Mi perro me chupa y me muerde las manos". Al menos en lo que se refiere a los mordiscos. Aunque recuerda que jugando siempre puede ponerse nervioso y morderte sin querer.
Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.
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