Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
Perros y niños forman el equipo perfecto. Ningún niño debería pasar su infancia sin la compañía de un amigo de cuatro patas, ya que además de aprender a tener ciertas responsabilidades, conocerá el amor en todo su esplendor. Y cómo no, tendrá un aliado perfecto para jugar cuando quiera.
Además, si los perros y los niños crecen juntos, el desarrollo psicológico que éste viva se verá influenciado por el animal. Algo que, lejos de ser algo negativo, el niño crecerá con valores que irá aprendiendo e interiorizando por sí mismo.
Los perros aportan innumerables beneficios a los niños. Convivir con estos animales enseña a los más pequeños lo que es el respeto, la comprensión de las emociones o la percepción de lo que está bien o mal.
De hecho, en el aspecto más emocional, la buena relación de un niño con su perrito se convertirá en el mejor aprendizaje para saber qué es querer y sentirse querido. Tanto es así que el perro es capaz de aumentar la autoestima del niño.
Pero, ¿y para los perros? ¿Realmente funciona su relación con los niños?
Rotundamente sí. Sin embargo, no debes olvidar que las mascotas también tienen sus necesidades y que, bajo ningún concepto, deben descuidarse.
Todos los animales requieren de atención, cuidados, cariño y ejercicio. Dando por hecho que cuidas al detalle su higiene y su alimentación. Los paseos son básicos.
Pero además, cada raza tiene sus propias peculiaridades que el niño debería conocer. Piensa que dependiendo del tamaño le convendrá más un tipo de paseo que otro y las cantidades de comida variarán, por ejemplo. Aunque la raza determina también el carácter del animal.
Perros y niños, el combo perfecto
El secreto de una buena convivencia entre perros y niños está en acoger a la mascota como un miembro más de la familia. Eso sí, dejando claro que existe una jerarquía que bajo ningún concepto se debe romper.
Pero, además, para ir estableciendo responsabilidades y educar a perros y niños, es recomendable que se vayan asignando ciertas tareas a los pequeños. Siempre en función de su edad. De esta manera, comenzará desde pequeño a tener responsabilidades:
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Hasta los 5-6 años. Puedes pedirle al niño que colabore a la hora de dar de comer al perro. O incluso para cepillar su pelo. Lo más recomendable es que cuanto más pequeño sea el niño, más supervisado esté.
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Entre los siete y los once años. Los perros y niños ya tendrán una relación mucho más estrecha. Y los niños habrán crecido y madurado con el animal, por lo que podrían realizar tareas como:
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Cambiar su agua.
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Medir la dosis de alimento diario.
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Limpiar los cuencos del animal.
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Cepillar con cierta frecuencia al perro.
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A partir de los doce años, el niño ya podrá responsabilizarse de las tareas diarias de la mascota. Puede aprender a pasearlo.
Consejos y trucos
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.
Productos
Los perros y los gatos pueden tener problemas en sus articulaciones. Flexadin Plus es una fórmula completa que contribuye a su salud articular y a su flexibilidad.
Esta innovadora fórmula, científicamente demostrada por distintos estudios clínicos, contribuye a la salud de las articulaciones y a la flexibilidad de los gatos.
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