Dado que los gatos son expertos en ocultar el dolor, es fundamental que los dueños estén atentos a los cambios sutiles en su comportamiento. Reconocer los síntomas a tiempo puede marcar la diferencia en el bienestar de tu felino.
Voy a tener un bebé y tengo un perro. ¿Qué precauciones debo tomar?
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La presencia de un perro o un animal doméstico no debe causarte ansiedad cuando llegue un bebé a casa. Es natural que te preocupe la convivencia entre ambos, o que sin querer, puedas dejar un poco de lado a tu amigo peludo ante las necesidades inmediatas de tu hijo.
No tiene por qué ocurrir en todos los casos, pero es aconsejable que antes de la llegada del bebé prepares bien a tu mascota para que cuando el nuevo miembro de tu familia se instale en casa no se sienta excluido ni celoso, ni sufra ningún tipo de trastorno de conducta, depresión o estrés.
Para ello, debes ayudar a tu mejor amigo a adaptarse a la nueva realidad mediante una serie de pasos que puedes completar antes del parto o cuando el pequeño llegue a casa.
1. Prepara la casa
Preparar nuestra casa es esencial cuando esperamos un bebé. Más aún si nos acompaña un perro, que, por supuesto, tiene un espacio en la casa reservado para descansar y jugar.
Es aconsejable no cambiar el espacio del perro cuando se prepara la casa para el recién nacido, que lógicamente necesitará una nueva habitación en la que la mascota debe poder entrar antes de instalarse, para que se acostumbre a los olores de la habitación donde vivirá el bebé.
Sin embargo, es importante que el animal no se suba ni se tumbe en ningún mueble que esté cerca del bebé, ya que podría convertirse en un hábito y lo ideal es educarle antes de que el bebé llegue a casa.
2. Organiza el horario de tu amigo de cuatro patas
Sabemos que la vida con un bebé en casa supondrá muchos cambios, incluidos cambios de horarios, pero no es aconsejable cambiar la rutina de tu perro. Seguirá necesitando sus paseos y su tiempo de juego, sus horas de comer y de dormir.
3. Nuevas normas y límites
La llegada del bebé a casa requerirá una dedicación previa a la obediencia básica, para que nuestra mascota se acostumbre a las nuevas normas o límites que queremos transmitirle. Este adiestramiento puede centrarse en obtener un mayor control cuando paseamos y en reforzar las órdenes que utilizamos para que el animal se calle.
Entrar en la habitación del nuevo miembro de la familia ayudará al animal a familiarizarse con los olores y también será esencial para establecer nuevos límites, como trepar o tumbarse cerca de los muebles del bebé. Lo mejor es enseñar a nuestra mascota antes de que la presencia del bebé sea una realidad.
Saludar sin saltar y jugar sin morder ni arañar accidentalmente serán aspectos básicos que tendrás que practicar con tu mascota antes de empezar a convivir con tu bebé. Combina también las nuevas reglas con caricias y afecto para recompensar sus progresos.
El simple hecho de mostrar objetos pertenecientes al bebé cuando estés jugando con tu perro facilitará la asociación de experiencias satisfactorias con el olor del bebé.
De este modo, el animal puede acostumbrarse gradualmente al cambio de rutina al que se verá sometido. Los cambios bruscos no son aconsejables para nadie.
4. No dejes a tu perro solo durante demasiado tiempo
En esta fase, también es importante no dejar a tu mascota desatendida durante demasiadas horas al día.
Somos conscientes de que el horario laboral puede no permitirlo, pero ante la inminente convivencia con el recién nacido, la recomendación es que nuestro mejor amigo no pase demasiado tiempo solo, algo que puede afectar a su estado emocional.
Dejárselo a un familiar o a alguien de confianza que esté más disponible puede ser una buena opción.
5. Visita al veterinario
Otro paso importante es llevar a tu perro al veterinario antes de empezar a convivir con el recién nacido.
De esta forma, podemos asegurarnos no sólo de que el estado de salud de la mascota es el adecuado antes de conocer a su nuevo dueño, sino que, también, nos ayudará a resolver otro tipo de cuestiones médicas o estéticas que puedan afectar al bebé. Nos referimos, por ejemplo, a la posibilidad de limar las uñas del can para evitar arañazos debidos a accidentes innecesarios.
¿Y cuando el bebé llegue a casa?
Cuando el recién nacido forme parte de la familia y llegue el momento de irse a casa con él, se acabarán los preparativos para la convivencia tanto con el bebé como con la mascota.
Los primeros días de convivencia serán fundamentales, por lo que te recomendamos que sigas una serie de pautas que te ayudarán a priorizar lo más importante para establecer las bases de la relación entre el animal y el recién llegado.
6. Cómo hacer las presentaciones
Sabemos que la presentación entre el perro y el bebé tiene una importancia considerable para el inicio de la relación entre ambos. Lo ideal es que el primer contacto sea lo más relajado posible, para no transmitir nuestra intensidad y emoción por lo que este momento significa para nosotros.
Ten en cuenta que el perro intentará investigar a esa persona desconocida que acaba de entrar en su territorio. Cuando el animal se acerque a olisquear al bebé, no es aconsejable retirarlo bruscamente.
Por el contrario, es aconsejable mostrarse cercano y cariñoso con la mascota cuando se acerque, acariciándola de forma tranquila para que lo asocie con un sentimiento positivo.
7. Evita los celos entre tu perro y tu bebé
Esta es probablemente la parte más importante de la convivencia entre tu perro y tu bebé. Ya sea por parte del animal o del niño, la aparición de los celos dependerá en gran medida de la educación ofrecida a ambos.
En el caso del niño, vivir con una mascota no tiene por qué significar que se sienta apartado de sus padres e incluso debería ser algo beneficioso para su socialización y sentido de la responsabilidad a medida que crece como persona.
Mientras el bebé intenta comprender todo lo que le rodea a través del tacto durante los tres primeros años, recuerda que éste percibirá al animal como un juguete que disfrutará tocando y acariciando. Para evitarlo, es esencial enseñarle cómo hacerlo, así como dónde no hacerlo y en qué momentos es apropiado o no.
El animal también necesitará acaparar atención continua, como la que se le presta al bebé durante sus primeros meses en casa. Debemos mantener la rutina establecida antes del nacimiento del bebé en cuanto a sus necesidades y mostrarle afecto y cercanía para que no se sienta aislado del nuevo entorno familiar.
8. La importancia de la higiene
Si la convivencia con mascotas ya exige un mayor control de la higiene y la limpieza en el hogar, al traer un bebé, la tarea se duplica o triplica.
Además de limpiar las zonas comunes de la casa, la eliminación de olores también es importante para el bebé. Para ello, podemos recurrir a baños quincenales utilizando vinagre de sidra de manzana mezclado con champú.
Recuerda limpiar todas las cosas del perro y no mezclarlas con las del bebé. El bicarbonato de sodio puede utilizarse para eliminar olores en distintas zonas de la casa.
Y esta es nuestra lista de consejos importantes si estás a punto de traer un bebé a casa. Esperamos que te ayude a afrontar uno de los momentos más importantes de tu vida y a continuar la maravillosa convivencia con tu mejor amigo y el nuevo miembro de tu familia.
Consejos y trucos
Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
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