Domesticar a un perro puede ser una de las tareas más complicadas a las que te enfrentes. Pero, también, una de las más divertidas, enriquecedoras e inspiradoras. Sobre todo, porque merece la pena y lo agradecerás durante todo el tiempo que paséis juntos.
Los perros pueden ser tus mejores compañeros de vida. Son capaces de proporcionarte el amor condicional que todos queremos. No obstante, cuando un perro no sabe cómo obedecer a su dueño, este amor puede volverse muy tenso.
Domesticar un perro es una cuestión de establecer un dominio ante el animal. Mantenerse como el líder de la manada. Solo así conseguirás ayudarle a desprenderse de comportamientos molestos. Aun así, con un poco de paciencia podrás domesticar a la mayoría de los perros.
Enséñale una variedad de comandos simples. Una de las mejores maneras de domesticar a un perro es enseñarle quién está al mando. Así sabrá que tiene que obedecerte. Acostumbrarse a seguir tus órdenes le enseñará rápidamente que no debe faltarte el respeto. Para empezar, intenta enseñarle a tu perro los comandos más básicos y simples. Cuando los aprenda, podrás pasar a trucos más complejos. No obstante, empieza por lo más sencillo:
Todos el mundo quiere que su perro acuda a su llamada, o que se siente a su lado, que no muerda, te dé la pata o te traiga un palo. Pero para domesticar a un perro hay otras preguntas que debes hacerte:
Tu mascota no va a entender que no le dejes hacer algo que lleva haciendo toda la vida. Por lo tanto, una de las mejores prácticas para domesticar a un perro es fijar esas reglas de convivencia cuanto antes. Así podrás aplicarlas, desde el primer día, durante años sin problema.
Domesticar a un perro es posible si estableces un orden. De hecho, los animales, al igual que los seres humanos, se benefician de tener un orden en sus vidas.
Por lo tanto, seguir una rutina regular puede ayudar a tu mascota a mantener equilibrado su comportamiento a lo largo del día y no sufrir picos durante la jornada. Esto puedes conseguirlo de manera tan sencilla como alimentando a tu perro a la misma hora todos los días o saliendo a pasear en los mismos momentos.
Es importante no premiar a un animal por mal comportamiento. Cuando tu perro esté actuando como no debe, no le dés una golosina. Debes ignorarlo y mostrarte que eso no está bien. Esto evitará que tu perro espere atención y recompensas por su mal comportamiento, y evitará la repetición de esos actos.
La llegada de una nueva mascota motivará a todos los miembros de la casa. Pero no debes dejar que esa alegría te distancie de las obligaciones. La responsabilidad de domesticar a un perro debe recaer en todos. Si no, difícilmente obedecerá.
Por lo tanto, si se ha establecido que el lugar donde estará la camita del perro sea la cocina, asegúrate de que los pequeños de la casa no se lo lleven a su cuarto. Así los estarás mal educando.
Domesticar a un perro tiene sus partes básicas. Y cuando el cachorro acaba de llegar, es importante que reconozca cuál es su nombre.
Un perro tarda en aprender su nombre entre 5 y 10 días. Una de las mejores recomendaciones es que lo llames cuando haya contacto visual. Y, al principio, tendrás que premiarlo.
Uno de los errores a la hora de domesticar a un perro es reñirle cuando ha hecho algo bien y premiarle cuando se equivoca. Ten mucho cuidado porque, a pesar de que pueda parecerte un despiste, puedes confundir al animal.
Es normal que tu mascota se equivoque. Pero las riñas deben ser adecuadas o lo asustarás. Siempre es recomendable aportar un refuerzo positivo. Así aprenderá mejor y más rápido.
No obstante, si quieres domesticar a un perro y decirle que ha hecho algo mal, bastará con decir la palabra "no". Esto, junto con el tono que utilices, le hará saber que no lo ha hecho bien.
Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.
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