Muchas personas se habrán preguntado cómo evitar las quejas de mascotas. En ocasiones, al vivir en una comunidad de vecinos o en una calle ruidosa nuestras mascotas tienden a hacer ruido. Pueden ladrar, jugar nerviosamente o incluso morder algunos muebles, y ahí vienen las quejas de mascotas.
La razón más frecuente que causa las quejas de mascotas son los ruidos o ladridos que pueden causar. Es normal que un perro ladre pero más allá de saludar a un recién llegado y alertar de algún ruido raro, nuestra mascota no debería ladrar.
Antes de nada debes entender por qué tu mascota ladra. Si lo hace porque está asustado, aún estando contigo, se trata de un problema mayor. Pero en la mayoría de los casos las mascotas ladran por estar solos.
Al principio para acostumbrar a la mascota, sobre todo si se trata de un cachorro recién llegado, se puede dejar la tele encendida o música de fondo. Así, parece que sigue habiendo gente en casa. La mascota escucha ruidos familiares y evita ladrar.
Al marcharte puedes dejar su juguete favorito por medio para que se divierta él solo. Otro truco también puede ser dejar alguna prenda personal como una camiseta o pijama viejo. Las prendas guardan el olor y si la mascota te echa de menos, esto hará que su ansiedad disminuya.
Por otro lado, evita excesivas demostraciones de cariño con tu mascota antes de irte y al volver a tu casa. Este hábito tiene efectos negativos sobre el perro, ya que cuanto más demostrativo eres, más te extrañará y más ladrará.
En principio cuando la mascota está acompañada del amo no hay problema. El perro o gato suelen amoldarse al ritmo y no hacen ruidos. Se trata de conseguir que cuando estés fuera tampoco haya ruidos.
Así, paseando por la mañana o jugando un rato con el perro se consigue que se mantenga tranquilo. Jugar, por ejemplo, un rato antes de marcharte a trabajar puede cansar lo suficiente al animal para que se quede tranquilo un rato en casa.
Del mismo modo, al estar más relajado suelen preferir echarse una siesta en vez de ladrar o morder los muebles.
Otra recomendación para evitar las quejas de mascotas es dejar a nuestros animales en un lugar tranquilo. Se trata de que la mascota asocie esa habitación con tranquilidad, descanso y poco alboroto.
También es recomendable dejarlas en habitaciones lejos de las calles ruidosas o cerca de ventanas. Así se evitan los sustos y ruidos excesivos. La mascota no tiene por qué alterarse por vehículos, obras, u otros perros y gatos.
Muchas veces, la forma más rápida de evitar las quejas de mascotas es implicando directamente a los vecinos. Una buena forma de hacerlo es preguntándoles sobre el comportamiento de tu mascota durante tus ausencias.
De ese modo los vecinos se sentirán agradecidos por tu compromiso y esfuerzo para con ellos. Y por tu parte, podrás evitar los ladridos y ansiedad de la mascota mucho antes.
En ningún caso se trata de juzgar previamente al animal, pero sí se puede hacer alguna consulta a un vecino cercano para ver si le oye, o si nota algo durante las horas laborales.
Por otro lado, aunque parezca evidente no siempre se lleva a cabo, es fundamental que la mascota se porte bien mientras esté en las zonas comunes como rellanos, portal o entrada de la casa. Es el momento para lucir la educación y evitar futuras quejas de mascotas. Si el perro saluda amablemente a los vecinos, acercándose a oler por ejemplo, puede que impresione a los vecinos.
Además de controlar su ladrido excesivo, si mantiene la entrada y las zonas comunes limpias es mucho más fácil evitar las quejas de mascotas. Recuerda recoger sus heces en la calle y en las zonas comunes, si hay un accidente. Es una forma de convivencia que no está de más ejercitar y que contribuirá a que tus vecinos no odien a tu perro.
Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.
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