Cuando llega un cachorro a casa, una de las primeras preguntas que surge es dónde debe dormir. Es un aspecto crucial para su desarrollo, ya que un buen descanso contribuye a su crecimiento, salud y comportamiento. Además, establecer desde el principio un lugar adecuado para que duerma facilita la convivencia en el hogar y crea una rutina beneficiosa tanto para el perro como para su dueño.
La famosa expresión llevarse como el perro y el gato, ha sido utilizada hasta el día de hoy. Se refiere a dos personas que no se llevan nada bien. Del mismo modo que, en la mayoría de los casos, hay excepciones, se llevan estos dos tipos de animales.
La crianza es lo que determina que un perro y un gato se lleven bien o mal. Si se han criado juntos es más probable que puedan compartir una pacífica relación, pero si ocurre lo contrario.
¿Por qué perros y gatos se llevan mal?
Existen diversos motivos por las que no acaba de cuajar la relación entre ambos. Todo comienza en el pasado.
1.- Los genes
Al igual que los seres humanos actuamos y pensamos de distinta manera condicionados por nuestros progenitores, en el caso de los perros y los gatos ocurre lo mismo. Se constata que el perro proviene del lobo y el gato del leopardo, aunque del gato también se dice que proviene del antiguo Egipto como animal de adoración.
En el pasado, el lobo se encontraba en manada y protegido, de modo que atacaba. Por su parte, el leopardo, era un ser independiente que sólo era sociable para el apareamiento y cuidado de las crías. En consecuencia, la actitud del leopardo era huir frente a los enemigos, los lobos. En la actualidad, ocurre lo mismo con los perros y los gatos.
Aunque pueda ser lógico el comportamiento del lobo y leopardo, el aspecto físico de un gato es superior al de un perro. Sólo hay que observar las uñas que tiene un gato que acaba con el perro inmediatamente. Pero , a pesar de esta obviedad, es el perro quién persigue al gato y no al revés.
2.- Los instintos
Otra de las razones por las que perros y gatos se llevan mal es la respuesta que tiene cada uno a su instinto. Los perros son cazadores y es por eso que tienden a perseguir a los gatos.
Por su parte, para los gatos, por ser solitarios, la acción más común es la de huir. El poderoso a pesar de estos instintos es el gato, ya que con un par de zarpazos destroza al enemigo. ¡Hay gatos que hasta se pelean con osos y logran espantarlos!
3.- La naturaleza
Por naturaleza, el gato cuenta con un físico más amenazante que el de un perro. Además, el perro es asustadizo y el gato atrevido. El perro es más torpe y el gato más ágil y veloz. El gato por su naturaleza, sabe que puede al perro, así que maúlla y se queda quieto, tranquilo.
Finalmente, el perro huye porque se da cuenta que el gato le puede hacer mucho daño y acabar con él por su fisionomía. Por tanto, es un instinto natural para el perro invadir lo que no es suyo y enfrentarse al gato por ser más pequeño. Pero, finalmente la realidad es otra, y lo sabe.
4.- Personalidades opuestas
Los perros y los gatos tienen personalidades totalmente distintas. Los perros destacan por su inteligencia social. Se relacionan perfectamente con otros animales y seres humanos.
Mientras que los gatos, por ser animales independientes, son territoriales y solitarios. El hecho de que tengan características opuestas en las personalidades dificulta, y mucho, su relación. Sin embargo, del mismo modo que ocurre con los humanos, si se les educa y enseña desde pequeños a respetar y a ser pacientes, lograrán llevarse bien.
Lo único que necesitan es adaptación. Una buena forma de hacerlo es mediante el olor. Una opción puede ser, por ejemplo, que huelan prendas con los olores de cada uno. Al principio es probable que se produzcan ladridos y arañazos, pero verás como, al final, consiguen tener una relación cordial y se hacen amigos.
5.- La leyenda del perro y el gato
Como en muchas historias de la vida, entre estos dos animales también existe una leyenda. Hace muchos años un perro y un gato vivían en armonía en una casa con humanos. La relación de ambos era buena hasta que un anillo mágico desapareció de la casa. Ese anillo sólo traería desdicha. Los dos animales salieron a buscarlo, pero el gato por ser más hábil, rápido y escurridizo, logró ser el primero en llegar a casa con el anillo. Sus dueños, como respuesta, le adoraron y le dieron todo lo que quisiera, mientras que el perro quedó abandonado en la calle y se olvidaron de él. De ahí el odio del perro con el gato, y otra de las razones por las que perros y gatos se llevan mal.
Ahora ya conoces los motivos y razones por las que perros y gatos se llevan mal, y no son pocas.
Consejos y trucos
Tanto en otoño como en primavera, es común que la caída del pelo del perro, conocida como muda, se intensifique. En otoño, el pelaje más ligero es reemplazado por un pelaje más denso, preparando al animal para las temperaturas más bajas.
Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los dueños de gatos es: "¿Mis gatos están peleando o jugando?"
La diferencia entre un juego y una situación agresiva puede ser sutil, pero hay señales importantes que ayudan a entender si tu gato solo se está divirtiendo o si es el momento de intervenir para evitar una pelea.
El otoño es una estación mágica que trae consigo una explosión de colores, el frescor en el aire y nuevas experiencias para disfrutar con tu perro.